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miércoles, 30 de marzo de 2011

Situación actual de la rabia

Fuente:PV ARGOS 13/2011 
   
Juan E. EchevarríaInvestigador Titular
Servicio de Microbiología Diagnóstica
Centro Nacional de Microbiología
Instituto de Salud Carlos III

La rabia es una zoonosis de consecuencias letales para el ser humano, cuya amplia distribución y modo de transmisión hacen necesarios constantes sistemas de vigilancia y prevención.

La rabia es una enfermedad neurológica producida por varios virus que forman parte del género Lyssavirus, dentro de la familia Rhabdoviridae. Uno de ellos, el virus de la rabia (RABV), es el responsable de la inmensa mayoría de los más de 50.000 casos humanos que se producen anualmente en el mundo, todos ellos letales.
Aunque todos los lisavirus tienen capacidad de infectar a diferentes mamíferos, existe para cada uno de ellos un número limitado de especies que pueden actuar de reservorios, es decir, que son capaces de mantener el virus en la naturaleza a través de cadenas de transmisión efectivas. Es importante tener clara esta diferencia a la hora de valorar el riesgo epidemiológico de un caso de rabia animal.
El grupo de mamíferos que soporta una mayor diversidad de lisavirus es el de los murciélagos, para los cuales la infección por estos virus no parece tener consecuencias graves para su salud, a diferencia de lo que ocurre con el resto de los mamíferos a los que el virus mata implacablemente. Esto se debe a que lisavirus y murciélagos han evolucionado juntos durante el tiempo suficiente como como para poder adaptarse los unos a los otros, pero no es así para los otros mamíferos que han iniciado su relación con sólo uno de ellos, el RABV, en épocas mucho más recientes.
Los reservorios salvajes del RABV son diferentes en cada área biogeográfica, y puede incluso haber varios ciclos simultáneos en especies animales diferentes. El perro es el que actúa de reservorio en los núcleos urbanos de todo el mundo y ésta es la forma epidemiológica responsable de la mayoría de los casos humanos.


Situación de la rabia de carnívoros
La rabia urbana fue erradicada de Europa a lo largo del siglo pasado gracias a la exhaustiva vacunación y control de perros; no es el caso de la rabia salvaje de zorro, cuyo origen se sitúa en los años cuarenta en la frontera ruso-polaca, desde donde fue extendiéndose hacia el oeste hasta alcanzar el norte de Francia. Sin embargo, las campañas de vacunación de zorros iniciadas a finales de los ochenta con preparados de poxvirus recombinantes que expresan la glicoproteína de envuelta del virus de la rabia dispuestos en cebos de carne han invertido esta tendencia y actualmente la rabia retrocede. Gracias a ello, Francia es actualmente un país libre de rabia vulpina, por lo que el norte de África es la zona endémica más cercana a España, con presencia de rabia urbana y salvaje.


España era un país endémico para rabia urbana en perro hasta 1966, año en el que las campañas de erradicación dieron sus frutos y por primera vez no se detectó ningún animal infectado. En 1975 se produjo un brote en la provincia de Málaga que duró hasta 1978, afectó a 126 animales y costó la muerte a una persona. El hallazgo de dos zorros infectados en los últimos momentos del brote hizo temer la instauración de un ciclo selvático de difícil control pero, afortunadamente, no volvieron a detectarse nuevos casos en estos animales. Esto es un ejemplo de cómo las cepas de RABV están adaptadas a sus reservorios y el salto de especie es un fenómeno poco usual, y también explica por qué habiendo sido España un país endémico para rabia canina, no presentara ciclos salvajes en zorro o lobo. Desde entonces no ha vuelto a haber ningún caso fuera de Ceuta y Melilla donde sí que vienen registrándose de manera más o menos continua episodios de importación desde las áreas circundantes de Marruecos.
En los últimos años se han registrado varios casos de rabia en Francia de perros que habían sido introducidos ilegalmente desde Marruecos en ferry por turistas irresponsables a través de fronteras españolas o portuguesas, que atravesaban la Península Ibérica en automóvil hasta su destino final. Resulta evidente que éste podría haber sido perfectamente el caso de cualquier ciudad española y que el riesgo de sufrir casos importados en el futuro es real e incluso probable.

La rabia en murciélagos
La situación de la rabia de murciélagos es diferente en cada continente. América es el único donde el mismo lisavirus, el RABV, circula tanto en éstos como en carnívoros, lo cual no debemos olvidar a la hora de valorar las frecuentes y poco rigurosas extrapolaciones de datos de EE. UU. y Canadá a nuestra realidad. Por esta razón, en América es mucho más frecuente que en ningún otro continente encontrar otros mamíferos, incluido el hombre, infectados por cepas de RABV de murciélago. Esto es especialmente grave en zonas tropicales de este continente, único lugar del mundo donde existen murciélagos hematófagos para los que el hecho de morder constituye un comportamiento habitual, a diferencia del resto de los murciélagos que sólo entran en contacto con el hombre de manera excepcional, aunque más frecuentemente cuando están enfermos.
De África se conocen los virus Lagos Bat y Duvenhage y de Australia el virus australiano de murciélago, cuya presencia en Filipinas se ha sugerido también. En los últimos años se han propuesto cuatro nuevos lisavirus, virus Aravan, virus Khujand y virus Irkut en murciélagos de Asia Central y virus de murciélago del Cáucaso occidental en la frontera caucásica europea con Asia. Tanto el virus australiano como el Duvenhage han producido casos de rabia humana, al igual que los dos lisavirus europeos de murciélago, cuyos reservorios son respectivamente el murciélago hortelano (Eptesicus serotinus) para el lisavirus europeo de murciélago tipo 1 (EBLV1) y dos especies de murciélago ribereño (Myotis dasycneme y M. daubentonii) para el tipo 2 (EBLV2), aunque se han visto ejemplares de otras especies afectados de manera esporádica e incluso se ha propuesto que alguna de ellas pueda también actuar de reservorio.


Virus europeos de murciélagos, un problema de salud pública
Aunque la rabia de murciélagos se conoce en Europa desde los años 50, no se consideró como un problema sanitario real hasta la primera muerte de un ser humano en 1986, un zoólogo suizo especialista en murciélagos que murió de rabia por EBLV2. La investigación retrospectiva permitió recuperar otros dos casos previos, uno por EBLV1 en una niña de Ucrania y otro en Rusia. El cuarto caso se produjo en el año 2002 en Escocia, donde nuevamente un manipulador de murciélagos murió a consecuencia de una infección por EBLV2. A pesar de tan escasa casuística, se conocen más de 800 casos de mordeduras de animales infectados y más del 95% de ellos fueron murciélagos hortelanos infectados por EBLV1. Estos casos no tuvieron consecuencias, ya que las personas fueron sometidas a profilaxis post-exposición, cuya eficacia es absoluta aun cuando las vacunas e inmunoglobulinas al uso se preparan con RABV y no con EBLV.


La rabia de murciélagos por EBLV1 se conoce en España desde 1987, año en el que se detecta en Valencia el primer animal mordedor infectado, habiéndose producido episodios similares en murciélagos hortelanos de Granada (1987, 1994, 2007), Sevilla (1999, 2007), Murcia (1999, 2002) y Badajoz en 2008. Además, se han detectado otros animales de la misma especie infectados que fueron recogidos sin que hubiesen mordido a nadie.
En el transcurso de estudios realizados por diferentes grupos en diversas colonias de murciélago hortelano meridional (Eptesicus isabellinus) en Sevilla y Huelva, así como de otras especies en Aragón e Islas Baleares, se ha podido constatar la presencia del virus en la cavidad oral e incluso en células sanguíneas de individuos capturados sanos y en vuelo, algunos de los cuales fueron recuperados vivos en años posteriores. Esto es un signo evidente de que, en primer lugar, el virus es endémico y en segundo, de que los individuos sanos pueden tener virus en sus bocas, aunque ignoramos si en cantidad suficiente como para transmitirlo al hombre, ya que todos los casos humanos por EBLV bien caracterizados tuvieron su origen en animales enfermos. Únicamente se conoce la transmisión de EBLV1 a otros animales diferentes de murciélagos, a dos ovejas en Dinamarca, una marta en Alemania y un gato en Francia, lo cual es muestra de la magnitud de la barrera de especie, que hace casi imposible la reintroducción de la rabia en carnívoros desde murciélagos a través de una adaptación de los EBLV.

Sistemas de vigilancia
El brote de Málaga llevó a la instauración de un sistema de vigilancia consistente en el estudio de todos los episodios de mordedura por animal susceptible de tener rabia en territorio español a través un periodo de observación de 14 días y estudio del cerebro de cualquier animal que muera o manifieste síntomas durante el mismo.
En el caso de animales diferentes de perros y gatos, este periodo no es de aplicación ya que no disponemos de conocimientos clínicos suficientes que permitan asegurar su idoneidad y suele procederse directamente al estudio del cerebro.
Tras la exposición a un animal sospechoso de estar infectado, debe remitirse a la persona a un médico a fin de iniciar la profilaxis post-exposición si el laboratorio informa un resultado positivo sobre el cerebro del animal o las circunstancias epidemiológicas así lo aconsejan. En España debería valorarse fundamentalmente el riesgo de que el animal haya podido ser importado ilegalmente desde una zona endémica e iniciar tratamiento sólo si existe esta posibilidad.
En el caso de que se trate de un murciélago esta posibilidad siempre existe ya que el virus es endémico y debe iniciarse el tratamiento de forma inmediata. El tratamiento consiste en limpieza de la herida evitando suturar y la aplicación local de inmunoglobulina antirrábica, inyectando la sobrante en un deltoides, junto con aplicación de una dosis de vacuna en el otro deltoides, que se repetirá a días 1, 3, 7 y 28 hasta un total de cinco dosis.
Conviene recordar que actualmente las vacunas antirrábicas de uso humano se obtienen, como cualquier otra, en cultivos celulares o en embrión de ave y están exentas de los graves efectos secundarios de los antiguos preparados de tejido nervioso animal, por lo que el tratamiento no está contraindicado ni incluso durante el embarazo.


Medidas de control en España

La prevención y control de la rabia en España estriba en mantener las medidas preventivas que permitieron su erradicación sobre los animales, especialmente la vacunación de perros y gatos, el refuerzo de los controles fronterizos para evitar la importación ilegal de animales y la vacunación de viajeros y personas de riesgo (personal de laboratorio expuesto a lisavirus y manipuladores de murciélagos).
Son también fundamentales el mantenimiento de una buena vigilancia epidemiológica, para asegurarse de la detección precoz de posibles casos importados antes de que puedan generar brotes, y la adecuada educación sanitaria de la población a fin de que se vacune a perros y gatos, se evite el contacto con murciélagos y se acuda al médico si este se produce y hay mordedura. Al mismo tiempo, debe transmitirse la idea de que los murciélagos son animales beneficiosos para la salud porque controlan las poblaciones de insectos de forma natural, lo que reduce el uso de insecticidas y que, además, son animales protegidos por la ley en toda Europa.


El papel del veterinario

La importancia del veterinario en el control y prevención de la rabia es evidente; no solamente es quien lleva a cabo la vacunación de animales y el que realiza el control de la entrada de los mismos en las aduanas, sino que es en muchos casos el primer profesional sanitario en enterarse de un episodio de mordedura y el único capaz de detectar un animal con clínica compatible. Además, es el profesional al que acude la población para ser aconsejada en todo lo referente a sanidad animal. Ante cualquier caso de posible exposición de una persona a un animal infectado, el veterinario clínico debe recopilar toda la información epidemiológica pertinente y dirigirse a los servicios de salud pública de su comunidad autónoma, quienes derivarán al paciente a los servicios de atención sanitaria y se encargarán de realizar la observación del animal y en su caso de enviar las muestras al laboratorio.

martes, 29 de marzo de 2011

Enfermedades Víricas de los perros. Parte V. Rabia Canina.

La rabia canina está producida por un virus de la familia Rhabdoviridae. La infección clínica por el virus de la rabia se considera uniformemente mortal, pero los desinfectantes convencionales, la luz ultravioleta y el calor pueden destruir este virus fácilmente.

Transmisión: Se han publicado varias vías de transmisión, pero la inoculación de saliva infecciosa a un animal susceptible mediante una herida por mordedura es el medio más frecuente de transmisión.
La incidencia de la rabia en perros y gatos se relaciona directamente con la incidencia en las especies silvestres.

Síntomas: La rabia clínica se ha clasificado de forma convencional en dos tipos principales la furiosa y la paralitica.
El periodo de incubación habitual en el perro es de 3-8 semanas.
Inicialmente presentan signos de nerviosismo, ansiedad y aislamiento. Si existe una herida por mordedura, la mayor parte de los animales muestran irritación y picor en la zona.
Después de la instauración de los síntomas los perros con rabia furiosa se agitan progresivamente y muestran hiperexcitabilidad ante los estímulos visuales y auditivos. Pueden morder objetos imaginarios. En la fase terminal, se desarrolla desorientación progresiva y convulsiones.
Los que presentan la forma paralitica se observa una parálisis progresiva y déficits de los nervios craneales, se puede apreciar un cambio en el tono del ladrido por parálisis laríngea. Salivación excesiva y disfagia (dificultad para tragar). Una vez que se desarrolla la parálisis, la muerte se produce por parada respiratoria en 2-4 días.

Diagnóstico: Por los síntomas. O examen postmortem del sistema nervioso.

Tratamiento: No se debe intentar proporcionar cuidados a un perro o gato sospechoso de padecer rabia. Ya que se trata de una enfermedad mortal.

Prevención: Vacunación. Cada país, comunidad tiene sus leyes al respecto de la vacunación. Aunque se aconseja seguir vacunando anualmente.


sábado, 19 de marzo de 2011

Enfermedades Víricas de los perros. Parte V. Coronavirus Canino

El coronavirus canino es un virus que se ha asociado con brotes de diarrea en perros jóvenes. Son susceptibles a cualquier edad pero presentan una mayor predisposición a desarrollar la enfermedad los cachorros menores de 6 semanas de edad.
Aunque el coronavirus es muy contagioso y capaz de extenderse rápidamente, la incidencia de la enfermedad es baja, y la gravedad de los síntomas se limita a una enteritis moderada y transitoria.

Transmisión: Por vía fecal-oral.

Síntomas: Diarrea de presentación aguda, heces de color naranja, maloliente y muchas veces contienen sangre. Solo en caso graves continua con deshidratación y desequilibrio electrolítico.

Diagnóstico: Por el cuadro clínico que presenta el animal. Detección del vírus en las heces.

Tratamiento: En la mayor parte de los casos no es necesaria la intervención terapéutica, en los casos más graves puede ser necesaria la fluidoterapia (suero intravenoso).
EL pronóstico para la recuperación es excelente.

Prevención: Vacunación para poblaciones de alto riesgo.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Pauta de Vacunación del gato

Después de haber hecho un pequeño resumen de las enfermedades víricas más importantes del gato y debido a la gravedad de las mismas, es recomendable su vacunación.
Hay que vacunar a todos los gatos, tanto los que viven en casa como los que hacen vida libre contra la panleucopenia, la rinotraqueitis y el calicivirus.
Vacunar contra la Leucemia a los gatos de vida libre, que tienen un riesgo mayor.
Hay algunas vacunas que incluyen protección contra la Clamidia felina aunque no se recomienda rutinariamente.
Y como ya hemos visto aunque existe una vacuna intranasal contra la peritonitis infecciosa no se recomienda su vacunación, por la baja prevalencia de la enfermedad y las dudas sobre su eficacia.

 Gato casero:
 Vacuna trivalente (panleucopenia, rinotraqueitis y calicivirus) o vacuna tetravalente (panleucopenia, rinotraqueitis, calicivirus y clamidia) se recomienda una primera dosis entre la 8-10 semanas, repetir una segunda dosis a las 4 semanas y posteriormente un recuerdo anual.




Gato de vida libre:
 Vacuna tetravalente (panleucopenia, rinotraqueitis, calicivirus y Leucemia) o vacuna pentavalente (panleucopenia, rinotraqueitis, calicivirus, clamidia y leucemia), una primera dosis entre las 8-10 semanas, repetir una segunda dosis a las 4 semanas y posteriormente un recuerdo anual.

En animales de más de 20 semanas de edad se ha visto que una sola dosis puede ser suficiente, aunque se puede inocular una segunda dosis a las 4 semanas.

lunes, 14 de marzo de 2011

Enfermedades Víricas de los perros. Parte IV. Hepatitis Infecciosa Canina

La Hepatitis Infecciosa Canina está causada por un adenovirus (CAV-1)

Transmisión: Se transmite entre perros, especialmente entre los menores de un año de edad, mediante contaminación oronasal.

Una vez entra en el animal el virus se replica en las tonsilas, ganglio regional y linfático y rápidamente se produce la virémia (se extiende a sangre).
El Adenovirus afecta principalmente al hígado y las células endoteliales de los vasos, aunque también puede afectar a ojos y los riñones. Aunque el virus puede persistir en el riñón varios meses después de la infección, la orina contaminada no paree ser una fuente importante de infección para perros susceptibles.

Síntomas: Fiebre, taquicardia, tonsilas aumentadas de tamaño, tos asociada a bronconeumonía y linfadenopatía cervical, generalmente asociada a edema de la cabeza y cuello. A pesar de su nombre la Hepatitis infecciosa no se asocia con ictericia.
EL enturbiamiento de la cornea y la evidencia de uveítis anterior generalmente se desarrolla durante la recuperación.

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Aunque las infecciones se suelen producir en animales menores de un año, la infección más grave ocurre entre el nacimiento hasta las tres semanas de edad. La enfermedad progresa rápidamente hacia la muerte en horas desde la aparición de los síntomas.

Diagnostico: Los hallazgos hematológicos son leucopenia, enzimas hepáticos (ALT; AST Y FAS) incrementadas, durante la fase aguda de la infección.
Podemos intentar el aislamiento del virus en la orina, gracias a su gran permanencia en ella.

Tratamiento: No existe terapia antivírica especifica, solo podemos realizar un tratamiento paliativo para la deshidratación con suero intravenoso y glucosa para paliar la hipoglucemia que se produce

Prevención: Vacunación.


miércoles, 9 de marzo de 2011

Enfermedades Víricas de los Gatos. Parte V. Panleucopenia felina

La panleucopenia felina está causada por un parvovirus, aunque fue una enfermedad frecuente y mortal en los gatos, actualmente la infección es muy poco frecuente entre la población de gatos vacunados.
El virus es capaz de sobrevivir en el medioambiente, durante periodos de casi 2 años.
La mayor parte de gatos adultos desarrollaran una inmunidad natural, como consecuencia de una enfermedad subclínica hacia el año de edad. Por tanto, la población de cachorros es la más susceptible a las consecuencias de la infección.

Transmisión: vía oral.
EL virus se elimina por las heces y la orina durante un periodo de hasta 6 semanas después de la recuperación de la enfermedad clínica.

El virus se replica en el tejido linfoide de la oro faringe. Las siguientes fases dependen de la respuesta inmune del gato. Si hay una respuesta inmune eficaz, el virus deja de replicarse y en los animales inmunocomprometidos se disemina.
El virus se replica principalmente en la medula ósea, órganos linfoides y criptas intestinales.

Síntomas:
  • Muerte súbita en 24 horas
  • Si sobreviven estas primeras horas, fiebre, letargia, vómitos. La muerte se puede producir por deshidratación e infecciones bacterianas secundarias
  • Hipoplasia cerebelar en gatos nacidos de madres infectadas durante la gestación, son animales torpes, con andares descoordinados.
http://www.youtube.com/watch?v=xLlL24shW7E&feature=related

Los animales que sobreviven más de 5-7 días suelen tener un pronóstico favorable.

Diagnóstico: por los síntomas y por la aparición de una marcada leucopenia (bajada de las defensas) en los análisis. Sino en examen histológico postmortem.


Tratamiento: No hay terapia antivírica específica. Solo tratamiento de las infecciones secundarias, antieméticos para los vómitos y suero intravenosos.

Prevención:
Vacunar a los cachorros a partir de las  10-14 semanas de edad
Los animales que hayan sobrevivido a la panleucopenia felina seguramente estarán inmunizados de por vida

martes, 8 de marzo de 2011

Enfermedades Víricas de los perros. Parte III. Papilomatosis Canina.

La papilomatosis canina esta producido por el papilomavirus oral canino (PVOC),  virus específico del perro.
El PVOC se asocia con la aparición de tumores benignos o verrugas transmisibles que afectan a cabeza, parpados y cavidad oral.
Los perros de menos de 2 años de edad parecen ser los más susceptibles.
No hay predisposición de raza, ni de sexo.
La transformación maligna de estos tumores es extremadamente rara.

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Tratamiento: La regresión de dichas verrugas es espontanea y suele ocurrir a los 1-5 meses de su aparición inicial. Normalmente la escisión quirúrgica, la criocirugía o la electrocirugía están indicadas para eliminar tumores orales de gran tamaño.
Pronóstico: La recuperación es excelente sin intervención terapéutica específica. No existe ninguna vacuna autorizada para combatir el PVOC.

sábado, 5 de marzo de 2011

Enfermedades Víricas de los Gatos. Parte IV. Peritonitis infecciosa felina

La peritonitis infecciosa Felina (PIF) está producida por un virus de la familia de los Coronavirus.
Los gatos son susceptibles a la infección con diversos tipos de coronavirus, que pueden variar significativamente en su virulencia."las infecciones por coronavirus entérico felino son especialmente frecuentes entre gatos jóvenes y suelen relacionarse con diarrea leve e incluso ningún síntoma".
La Peritonitis infecciosa felina es una enfermedad infecciosa que afecta a animales jóvenes, pertenecientes a colectivos grandes, teniendo mayor incidencia entre los 6 y los 18 meses.
Transmisión: Vía oral
El gato portador elimina el virus con las heces contaminando el medio ambiente, la infección se produce vía oral, se multiplica en las células del epitelio intestinal y se produce la enfermedad, que puede cursar de dos formas en función de la inmunidad celular del individuo. Una presentación seca o granulomatosa y otra húmeda o efusiva.
1.   Si el gato presenta una fuerte inmunidad celular, con baja respuesta humoral, aumenta sus posibilidades de superar la infección, pudiendo curarse completamente o desarrollar un proceso subclínico que lo convierta en portador asintomático.
2.   Si el gato presenta una fuerte inmunidad humoral con una inmunidad celular parcial se desarrolla la forma seca o granulomatosa.
3.    Si el gato presenta una fuerte inmunidad humoral con una inmunidad celular débil se desarrollará la forma efusiva.

Síntomas: Inicialmente cuadro clínico inespecífico (fiebre crónica, anorexia, depresión, pérdida de peso...) posteriormente se producirá:
·       En el caso de la PIF Húmeda o efusiva, un acúmulo de un exudado no séptico en la cavidad peritoneal o pleural, es un líquido rico en proteinas, neutrofilos i linfocitos de aspecto muy parecido a la clara de huevo pero más amarillentos. La evolución es de 1 a 6 semanas 
·       En el caso de la PIF seca o granulomatosa aparecerán focos inflamatorios granulomatosos en riñón y/o ganglios mesentéricos, en hígado, bazo o páncreas, en la pleura i sistema nervioso central y uveítis y corioretinitis. Su evolución es de 1 a 12 semanas.
Diagnóstico: Las pruebas serológicas no son especificas, detectando únicamente el contacto con un coronavirus felino, sin diferenciar si es un FIPV o Un FECV (coronavirus entérico). A pesar de ello títulos IFI superiores a 1/3200 son altamente sugestivos de FIP.
EL cuadro clínico solo resulta concluyente en la forma húmeda, en los que podemos obtener una muestra de exudado.
Muchos cados de PIF son confirmados postmórtem, gracias a la existencia de granulomas en distintos órganos.
En gatos sanos con titulaciones positivas frente a coronavirus es importante repetirlas cada 30-45 días hasta que sean negativas. Por lo general, si la titulación va disminuyendo y el paciente está sano, indica que el gato está superando la infección por coronavirus.
EL riesgo de que un gato desarrolle PIF disminuye a medida que pasa el tiempo desde el primer contacto con el coronavirus, siendo infrecuentes las muertes producidas después de 36 meses de la infección.
Tratamiento: No existe ningún tratamiento curativo frente a la PIF, los gatos en los que la enfermedad cursa con sintomatología evidente, la mortalidad es superior al 95%.
Prevención: Vigilar cuando entramos un animal recogido de la calle en una casa que hay gatos sanos, ya que estos podrían enfermar.
Existe una vacuna intranasal  pero los estudios controlados no han demostrado una protección inducida buena y además se recomienda vacunar a partir de las 16 semanas con lo que ya podría ser tarde para el animal expuesto.

jueves, 3 de marzo de 2011

Enfermedades Víricas de los Perros. Parte II. Virus del Moquillo

El virus del moquillo es un virus perteneciente al género Morbillivirus. El virus es relativamente inestable a temperatura ambiente y especialmente sensible a la luz ultravioleta, a la desecación y a temperaturas superiores a 50-60º. Puede sobrevivir varias semanas a temperaturas de congelación.
La mayoría de los procesos rutinarios de desinfección lo destruyen eficazmente.

 

La infección empieza con la invasión del epitelio respiratorio superior, el virus se extiende a los vasos linfáticos locales, tonsilas y vasos linfáticos bronquiales. Posteriormente se disemina hacia los tejidos epiteliales y del sistema nervioso central. La infección se disemina a través de microgotas infectadas y con menor frecuencia en aerosol.
En la población no vacunada, el moquillo supone un riesgo para la salud, especialmente para los perros de 3-6 meses de edad. Los perros no vacunados son susceptibles a todas las edades.
Mientras que en las poblaciones vacunadas la infección es extremadamente infrecuente.

Síntomas: Varían de leves a graves, dependiendo de la cepa de virus, de factores medioambientales y de la respuesta individual de cada perro a la infección.

Lo síntomas pueden limitarse al tracto respiratorio superior, con lo que puede presentarse tos y descarga nasal. Los cachorros no vacunados son los más susceptibles a presentar síntomas generales graves como neumonía, diarrea, deshidratación y anorexia. Los vómitos son frecuentes en la primera fase de la infección.
Los signos neurológicos comienzan normalmente 1-3 semanas después de la recuperación de la enfermedad aguda. Normalmente son síntomas progresivos y originan un rápido deterioro del animal. Los animales que sobreviven a la enfermedad neurológica pueden experimentar complicaciones permanentes (convulsiones, enfermedad vestibular,  tetraparesia y mioclono).
Si la infección se produce antes de la erupción de los dientes permanentes se puede producir una hipoplasia del esmalte.
  • Tetraparesia: Disfunción motora de las 4 extremidades, les cuesta andar normal.
  • Mioclono: Tics musculares.
  • Enfermedad vestibular: Es la parte que controla el equilibrio del animal
  • Hipoplasia del esmalte: Defecto del desarrollo de los tejidos duros del diente que ocurre antes de la erupción del mismo como resultado de un trastorno en la formación del esmalte. 
Podemos ver otros síntomas adicionales como la uveítis (inflamación del iris, parte pigmentada del ojo), neuritis óptica (inflamación del nervio óptico) que puede producir ceguera repentina.

Diagnóstico: La ausencia de una prueba ante mortem fiable para el virus del moquillo hace que el diagnóstico clínico se base en la historia y los signos clínicos.

Tratamiento: Inespecífico, destinado a tratar los síntomas provocados por las infecciones respiratorias secundarias y para la conjuntivitis.

Prevención: La vacunación es la clave. Se recomiendan tres dosis a las 8,12 y 16 semanas.